El trasplante de órganos ofrece una segunda oportunidad a aquellas personas que esperan una nueva posibilidad para continuar viviendo.
Es una perspectiva de salvación a pacientes de todo el mundo, aunque acceder al tratamiento se encuentra limitado por disímiles factores: alcanzar a la atención médica en primera instancia, y específicamente a estos procedimientos de alta tecnología, limitado por las desigualdades geográficas, de género, raza, origen étnico o de nivel económico, entre otros.
La organización del sistema de salud, sus recursos humanos y materiales influye también en la posibilidad de tratamiento. Todos estos factores hacen que la donación y el trasplante de órganos sea uno de los problemas de salud más complejos que enfrentan los países, incluyendo a #Cuba.
Si bien los trasplantes son procederes de muy alto costo, el #EstadoCubano con un gran esfuerzo, los brinda como parte de los servicios de la Salud Pública de forma totalmente gratuita.
Como ocurre a nivel mundial, en Cuba se realizan más trasplantes renales que de cualquier otro órgano, el primero en 1970. Posteriormente se incluyeron otros órganos como hígado, riñón, corazón, pulmón, médula ósea y tejidos, con un alto grado de éxito en estas intervenciones.
El vil bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a nuestro país por el gobierno de los #EstadosUnidos durante más de cinco décadas influye negativamente en la importación de reactivos para pruebas en este tipo de tratamientos y en las oportunidades para el intercambio científico y la capacitación con expertos de otras latitudes. A pesar de esto, Cuba muestra con gran orgullo logros significativos en estos procedimientos que están al nivel de los países más desarrollados.
En nuestro país contamos con especialistas altamente calificados, caracterizados por su dedicación y entrega para salvar vidas en cualquier parte del mundo, ejemplo del profundo humanismo que define a nuestros galenos.
