¿Sustituirá la ‘píldora del ejercicio’ al deporte?

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Es una de las típicas resoluciones del Nuevo Año: apuntarnos a un gimnasio o convertirnos en runners para ponernos, de una vez por todas, en forma. Pero a muchos les acaba venciendo la pereza o se buscan la excusa de la falta de tiempo… ¿Y si hubiera una pastilla que produjera los beneficios del ejercicio físico ahorrándonos los sacrificios que acarrea?

Pues no es una idea tan descabellada. De hecho, científicos del Instituto Salk, en La Jolla (California), están trabajando seriamente en ello. Aunque su objetivo no es tanto ponérselo fácil a la gente sana, sino ayudar a quienes no pueden hacer deporte en condiciones normales, como personas con trastornos cardiacos o pulmonares, discapacitados o afectados por la diabetes tipo 2.

Sus anteriores investigaciones con ratas ya dieron con un gen –el PPARD– que, cuando se activaba de forma permanente, causaba los mismos efectos que el entrenamiento: los animales genéticamente alterados se convertían en una especie de corredores de fondo que no ganaban peso con facilidad y tenían una respuesta rápida a la insulina.

Luego, los expertos del Instituto Salk localizaron un compuesto químico, llamado GW1516,que activaba el gen PPARD. En su último experimento, administraron durante 8 semanas la sustancia a un grupo de roedores sedentarios y les pusieron a correr en una cinta hasta que quedaran exhaustos. El resultado es que los ratones “dopados” aguantaban hasta un 70%más que los congéneres que no tomaron el fármaco.

Al realizar el análisis molecular de sus músculos, observaron que cambiaba la expresión de 975 genes en los animales sometidos a tratamiento. Los que se activaban estaban vinculados a la quema de grasa para conseguir energía, mientras que los se apagaban eran los encargados de hacer lo propio con los carbohidratos (azúcares). Los investigadores creen que la glucosa se guarda de esa manera para el cerebro, ya que los músculos pueden recurrir a ambas vías, y en primera instancia recurren al azúcar.

“El estudio sugiere que quemar grasa no es tanto una manera de lograr la resistencia cardiovascular, sino más bien de ahorrar glucosa y preservar el buen funcionamiento del cerebro”, explica Michael Downes, coautor del estudio.

En definitiva, el experimento demuestra, según sus autores, que se puede activar el gen PPARD sin necesidad de hacer ejercicio, lo que abre una puerta a desarrollar un medicamento para humanos basado en el compuesto GW1516.

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