Somos Cuba, somos más

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Torcido y maquiavélico es el bloqueo económico, comercial y financiero que por más de 50 años nos acompaña. Imposición que marca el empeño mantenido desde el gobierno de Dwight D. Eisenhower hasta el actual mandatario de Estados Unidos para obligar a Cuba a cambiar su destino, o lo que es lo mismo, pretensión enfermiza por anular lo que es este país y su sistema social.

Por más de medio siglo, el hostigamiento se ha multiplicado y la esperanza de poner de rodillas a la mayor de las Antillas no ha cesado. Desde el Norte se han hecho todos los vaticinios que la lógica les ha permitido, solo que se les ha escapado en sus augurios contar con la voluntad de mayoría de cubanas y cubanos que insisten en desafiar obstáculos, que van por encima de esa pesadilla que asfixia y acorrala y persisten en defender lo que somos.

¿Y qué somos se preguntará usted? Somos herederos de una estirpe perseverante. Hijos de generaciones que nos precedieron y dieron todo porque habitara la paz, la armonía, porque no existiera el terror en las calles y cada quien pudiera hacer uso libremente de derechos y deberes.

Somos altruistas, obstinados en nuestros sueños, criticones a más no poder cuando entendemos que algo no anda bien. Somos solidarios, comprometidos, corajudos que es como decir, “que no comemos miedo ni tragamos amenazas”.

Somos sensibles, imagínense que todavía nos palpita el corazón cuando escuchamos aquella inolvidable narración del comentarista deportivo Héctor Rodríguez que detalló el triunfo de Alberto Juantorena en los XXI Juegos Olímpicos de Montreal 1976.

Se nos hace un nudo en la garganta cuando escuchamos la despedida de duelo a los mártires de Barbados y desde aquel octubre de 1976 quedó impreso en nuestra memoria el abominable crimen y la sentencia que selló el discurso de Fidel: “Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla”.

Como sentenció don Fernando Ortiz, Cuba es un ajiaco. ¡Cuba que linda es Cuba!, composición de Eduardo Saborit, es ese himno que ha llegado al igual que La Guantanamera a los lugares más insospechados del mundo. Y es que Cuba, aun cuando el bloqueo la hostiga, tiene “un no sé qué” como dice mi vecina, que no lo para un tren.

Y es esa fortuna que solo se logra con pasión, buena fe, ganas de hacer el bien, con alegría, porque hasta en los momentos más tensos aparece el chiste, aunque sea de nosotros mismos, pero oportuno para saber, que a pesar de los pesares, y de las malsanas pretensiones de otros, nosotros #SomosCuba.

Dalia Reyes, directora( y reportera) de Radio Camoa.
Vamos a andar…
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