Conciencia, patriotismo, dignidad, principios o quizás una mezcla de todo eso, es lo que define el actuar de los cubanos por estos días. Días difíciles, en los que desde la Casa Blanca, se fabrican a diario maniobras para rendir a este pueblo.
Mientras el odio de los enemigos históricos de la Revolución Cubana crece y se jacta el espíritu enfermizo de quienes no entienden de derechos internacionales, de humanidad y solo les interesa monopolizar el mundo y afianzar su poderío económico a toda costa. En mi Cuba, en cambio se respira solidaridad y una voluntad inquebrantable de romper el cerco y de continuar haciendo Revolución.
El tema de la actual situación energética en Cuba es noticia, pero desafortunadamente para los enemigos, el decir del cubano en la calle está a favor del sistema, de la necesidad de resistir y guapear como se dice por acá.
“Falló la campaña contra Díaz Canel -, comenta – un vecino. Mira las ojeras de ese hombre, se ve que no duerme apenas pa echar palante esto, hay que apoyarlo”.
Este y muchos otros comentarios se escuchan hoy en Cuba. La carencia de petróleo, sigue siendo noticia, pero con una connotación diferente a la que muchos a noventa millas esperaban.
Estas son, entre muchas, las razones que una vez más me hacen sentir orgullosa de ser cubana.