Preservemos nuestros juegos tradicionales

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Luis y Elena son dos infantes que prefieren ocupar su tiempo libre frente a un Nintendo, a un PlayStation, la computadora o la tableta y no incluyen entre sus pasatiempos los juegos tradicionales.

En la actualidad entre las nuevas generaciones a disminuido la preferencia por jugar con trompos, a, al hula hula, las bolas, montar carriola, empinar papalote, entre otros juegos.

Esto se debe al cambio de intereses de los más pequeños, en parte por esta época tecnológica y también  por el beneficio que tiene para los padres mantenerlos  dentro de la casa para protegerlos de los peligros.

Es cierto que son llamativos todos estos artículos digitales de hoy, pero los beneficios físicos y mentales que aportan los juegos tradicionales  no pueden encontrarse  en ellos. A través del juego el niño puede mejorar su conducta, puede socializar y lograr un desarrollo espiritual pleno.

Cuidar a los hijos  es prioridad para los padres, pero para lograrlo no es correcto alejarlos de su entorno por el contrario todas estas actividades recreativas pueden realizarse en parques u otras áreas destinadas para estos fines.

En San José de las Lajas, profesores de Educación Física y especialistas que atienden recreación en comunidades lajeras laboran en el rescate de los juegos tradicionales,  un pasatiempo que históricamente era de la preferencia de niñas y niños de nuestros campos y ciudades.

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