El ocho de enero también es fecha de celebración para todos los cubanos. Este día pero de 1959 se verificaba el paso de la Caravana de la Libertad por más de mil kilómetros de nuestra isla.
Los barbudos se sorprendían al ser recibidos por un mar de pueblo que desde el propio triunfo revolucionario hasta el octavo día del mes se congregaron en las calles para festejar la victoria definitiva.
Consignas, banderas, himnos, fueron protagonistas desde Santiago de Cuba hasta el Cuartel Columbia, hoy convertido en Ciudad Libertad.
A su paso por Cárdenas, Matanzas, en la madrugada del ocho de enero, Fidel llega a la casa de José Antonio Echeverría. Allí abraza a la madre del mártir, a sus familiares y le deposita flores en el cementerio.
Luego continúa su recorrido por Mayabeque, en aquel entonces, La Habana. Inicia por Madruga, sigue por Catalina de Güines, luego San José de las Lajas hasta llegar al Cotorro, donde nuestro líder histórico se abraza a su hijo Fidelito y visita la fábrica de cerveza.
Ya en el Cuartel Columbia, el Comandante en Jefe, pronuncia el histórico discurso donde pronuncia la frase: ¿Voy bien Camilo? Tampoco se olvida aquella imagen de él con la paloma al hombro como símbolo de paz.
A 61 años de ese recorrido se rememora la trayectoria con la participación de jóvenes que marcan el porvenir de la isla. Como también se recuerda aquellas jornadas de noviembre, principio de diciembre del 2016 donde el pueblo de Cuba salió a las calles con gran dolor a despedir al líder que triunfante recorrió la isla en la Caravana de la Libertad.
El ocho de enero nos recuerda la frase de Fidel: “La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario”.
