El 90% de los fallecidos por cáncer de pulmón en Cuba son fumadores activos y de cada 50, 1 es fumador pasivo.
Estas son cifras alarmantes y el pronóstico es continuar en aumento; pues cada día es mayor el número de jóvenes y adolescentes que se inician en esta dañina adicción, pese a las acciones que desarrollan en Cuba los Centros de Promoción y Educación para la Salud.
Dejar atrás el cigarro es una decisión difícil para los que dependen de él, pero en ello resulta muy importante valorar los beneficios de salud que le proporcionará al fumador y su familia, el divorcio definitivo con esa adicción.
Un tema de marcado interés es la exposición de los infantes al humo de tabaco ajeno, quienes llegan al mundo y encuentran a su alrededor una contaminación permanente, causante de enfermedades pulmonares u otros padecimientos.
Cuba se encuentra entre las 22 naciones con mayor prevalencia de tabaquismo pasivo en el hogar, dato que muestra la urgente necesidad de educar a la sociedad en la prevención y percepción de riesgo de los fumadores para que asuman actitudes más responsables con las personas que los rodean, respeten los espacios públicos y sus propios hogares.
Esta es una tarea titánica, pero no se puede segar el empeño, pues el tabaquismo constituye la segunda causa de muerte en Cuba.
