Hoy se conmemora el aniversario 45 del Día Internacional de la Madre Tierra.
Tal conmemoración constituye un recordatorio sobre la urgencia de salvar nuestro planeta, constantemente lacerado por las más insospechadas agresiones que recibe el medio ambiente.
Para muchos el cambio climático es un fenómeno ajeno, pero la realidad muestra la letalidad del asunto, sus efectos inciden en las vidas de comunidades enteras, animales y personas de todo el mundo. No podemos ser indiferentes.
En la cumbre de la Tierra de Río de Janeiro Fidel dijo: “Lo real es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños mueren cada año en el Tercer Mundo a consecuencia de esto, más que en cada una de las dos guerras mundiales. El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa agreden la ecología y propician la destrucción del medio ambiente.”
Tal aseveración describe nítidamente el contexto que habita este siglo en que es menester la voluntad de los gobiernos en el mundo para frenar la amenaza de destrucción ecológica del planeta.
Esta fecha que hoy se celebra mundialmente implica el concurso de todas las fuerzas y la concientización sobre el problema, porque es un grave problema que atenta contra la existencia y al cual no se puede dar la espalada ni convivir con él con insensibilidad.
El presente es el tiempo vital para defender la ecología, proteger el medio ambiente; el mundo necesita un cambio profundo, que esté despojado de egoísmo, desigualdades, pobreza y sí alentado por la razón y la sensibilidad, la justicia y el equilibrio, elemental para hacer la vida más llevadera.
Así de claro, es hora ya, de hacer un alto a nivel mundial y de una vez y por todas reparar en la urgencia de sumar todas las fuerzas pero a favor del bien de la humanidad, de la preservación de la naturaleza y cada una de sus bendiciones, sus recursos naturales y del cuidado que merece la vida.
Desde nosotros, porque es esencial saber cuánta responsabilidad nos asiste en esta historia, está el trillado camino que reclama por esa ruta eficaz en que conciencia y disciplina se junten para hacer frente a negligencias que tanto agreden al medio ambiente.
Día Internacional de la Madre Tierra, no una fecha más para etiquetar frases y compromisos; es un llamado desde el reclamo de la existencia misma, una convocatoria perenne a reverenciar a madre natura, pero desde la luz de la conciencia
Es un camino difícil pero, es el único para salvaguardar el futuro de nuestro planeta.
