La mujer cubana austera y segura se yergue sobre sólidos principios con el propósito de engendrar esfuerzos que resulten manjar de sabiduría y sustento para la sociedad.
Alta paloma en vuelo que con aletear divino difunde en otros continentes la libertad y derechos que le son concedidos en la mayor de las Antillas.
Exhibe con sublime modestia las acciones que acomete; profesional internacionalista, constructora, campesina, ingeniera, miliciana, trabajadora de la salud, maestra del talento humano, hacedora de alegrías, madre, esposa, única.
Ella, que con ese tesón y entereza heredados de Mariana y muchas otras heroínas, contribuye de manera abnegada a convertir este archipiélago en el primer territorio del mundo libre de analfabetismo. Ella que con la misma ternura con que amamanta a sus hijos reparte por igual amor sin lisonja.
A ella, este 23 de agosto en el aniversario 53 de la Federación de Mujeres Cubanas, admiración y respeto. Homenaje infinito a su legendaria presidenta, Vilma Espín, manantial de sonrisa, aliento enaltecedor, por siempre antillana, auténtico exponente de las féminas en Cuba.
La bienvenida a las que con su juventud se incorporan a esta organización impregnando vigor y entusiasmo.
