El lajero Heriberto Yoleinis, del Perú y los tapasteños Elio Domínguez y Jarol Piñera, este último instructor de artes plásticas fueron los artistas que en esta segunda exhibición enseñaron al público presente las técnicas para preparar el dibujo, la tinta y la aguja, así como ese momento final donde a través de punciones llevan la obra a la piel humana.
La cita fue amenizada por bellas melodías, mientras los tatuadores al realizar tan meticulosa labor con los modelos, permitían al público a través de sus prendas de vestir disfrutar de novedosos diseños que con orgullo exhibían en sus cuerpos.
Con esas exposiciones se puede orientar a la población sobre esta nueva expresión del arte, que para muchos aún está asociada con la marginalidad y con la delincuencia, al no reconocerla como una expresión artística.
En la capital cubana existe un espacio que pretende hacer del tatuaje cubano un sello, es La Marca, una galería donde se muestra la decoración del cuerpo desde la identidad y los propósitos de cada persona.