José Julián Martí Pérez

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José Julián Martí Pérez (La Habana, 28 de enero de 1853Dos Ríos, 19 de mayo de 1895). Héroe Nacional de Cuba. Fue un hombre de elevados principios, vocación latinoamericana e internacionalista; intachable conducta personal, tanto pública como privada y con cualidades humanas que en ocasiones parecen insuperables. Un cubano de proyección universal que rebasó las fronteras de la época en que vivió para convertirse en el más grande pensador político hispanoamericano del siglo XIX.

Autor de una obra imprescindible como fuente de conocimientos y de consulta para todas las generaciones de cubanos y el contenido, estilo y belleza singular de los poemas, epistolario, artículos periodísticos, de todos los escritos y discursos que realizó lo sitúan como un intelectual de vasta cultura.

El 17 de septiembre de 1866, José Martí, con sólo 13 años de edad, es admitido —a solicitud de Mendive— en el Instituto de Segunda Enseñanza (Obispo No. 8). A la sensibilidad humana de José Julián, no escapa la delicada situación que presenta el país y que ve reflejada en su ciudad. En su nuevo hogar de la calle Refugio No. 11, con 14 años, recuerda una premonición que le hizo su padre:

Porque a mí no me extrañaría defendiendo mañana las libertades de tu tierra. [1]

Primeras letras revolucionarias

La guerra continúa tomando fuerza, al Alzamiento de La Demajagua le suceden Las Clavellinas en Camagüey y los independentistas de Las Villas La casa de Mendive le permite conocer el desarrollo de los acontecimientos y comienza a manifestar su total apoyo a la contienda a través de su pluma. Así aparece su soneto ¡10 de Octubre!.

El 19 de enero de 1869, apenas trascurridos 90 días del Alzamiento de La Demajagua, aprovechando la coyuntura creada por la llamada “Libertad de Prensa” decretada por el entonces Capitán General en la Isla, Domingo Dulce Garay, edita junto a su amigo Fermín Valdés Domínguez, un pequeño periódico, de reducida tirada, El Diablo Cojuelo reconocida como una de sus primeras manifestaciones en prosa contra el régimen colonial y a favor de la independencia. Cuatro días más tarde, en el primer y único número de su periódico, La Patria Libre, aparece Abdala:

¡Nubia venció! Muero feliz: la muerte poco me importa, pues logré salvarla(…)
¡Oh, que dulce es morir cuando se muere luchando audaz por defender la patria!

En octubre de 1869, un nuevo cambio de domicilio familiar permite ubicar a la familia Martí – Pérez en la calle San Rafael No. 55. El día cuatro de este mismo mes, una escuadra de Voluntarios pasan frente a la casa de Fermín Valdés Domínguez, en Industria 122, (esquina a San Miguel) y consideran que los jóvenes allí presentes (entre ellos no se encontraban Martí ni Fermín) se han burlado de ellos. En la noche se produce un registro en dicha casa ocupándose una carta firmada por Martí y Fermín en la que tildan de apostata al condiscípulo Carlos de Castro y de Castro por alistarse al Cuerpo de Voluntarios y pelear contra su patria. Por esta causa son detenidos esa noche: Fermín y Eusebio Valdés Domínguez y más tarde Manuel Sellén, Atanasio Fortier y Santiago Balbín por faltas contra el Cuerpo de Voluntarios del Batallón de Ligeros y el día 21 de octubre, José Martí, a quien califican como «un enemigo declarado de España». Todos resultan acusados de infidencia. Días después son liberados Fortier, Sellén, Balbín.

Durante el Consejo de Guerra al que son sometidos cinco meses más tarde (4 de marzo de 1870), Martí sostiene con ejemplar valentía la responsabilidad única como autor de la mencionada carta la cual Fermín defendía como suya, argumentando que la letra de ambos era muy parecida. Por decisión unánime del tribunal es condenado el joven José Julián a seis años de presidio y trabajo forzado; Fermín Valdés Domínguez a seis meses de arresto mayor en la Fortaleza de La Cabaña; el hermano Eusebio y Atanasio Fortier al destierro y sobreseída la causa de Sellén y Balbín. Exactamente un mes después, el 4 de abril de 1870, consta en la documentación oficial de la Cárcel de La Habana, es trasladado al Presidio Departamental para cumplir la condena impuesta. Martí en su obra El presidio político en Cuba escribe:

Era el 5 de abril de 1870. Meses hacía que había yo cumplido diecisiete años. Mi patria me había arrancado de los brazos de mi madre, y señalado un lugar en su banquete. Yo besé sus manos y las mojé con el llanto de mi orgullo, y ella partió, y me dejó abandonado a mí mismo. Volvió el 5 severa, rodeó con una cadena mi pie, me vistió con ropa extraña, cortó mis cabellos, y me alargó en la mano un corazón. Yo toqué mi pecho y lo hallé lleno; toqué mi cerebro y lo hallé firme; abrí mis ojos y los sentí soberbios, y rechacé altivo aquella vida que me daban y que rebosaba en mí. Mi patria me estrechó en sus brazos, y me besó en la frente, y partió de nuevo, señalándome con la una mano el espacio y con la otra las canteras.

Ya en el Presidio Departamental le asignan el número 113, de la Primera Brigada de Blancos y es destinado a trabajar en las Canteras de San Lázaro. En parte del área que ocupaban estas canteras se encuentran hoy el Museo Fragua Martiana y su Rincón Martiano. Sus padres afligidos por la suerte de su querido hijo, inician una incesante lucha para lograr su excarcelación. En el mes de agosto, luego de más de ciento veinte días de sometimiento al más despiadado tratamiento por los carceleros y los brigadas de las canteras, sus padres logran que su hijo sea enviado a la cigarrería del penal y luego, encontrándose enfermo, lo trasladen a la fortaleza de La Cabaña para ser “…relegado a la Isla de Pinos” (hoy Isla de la Juventud) al serle conmutada la pena por el Capitán General, el 5 de septiembre gracias a las gestiones de sus padres que no encuentran otro consuelo para aliviar el sufrimiento de su hijo junto al de toda la familia y a las de José María Sardá y Girondella, catalán que tenía por entonces arrendadas las canteras.

 

El 13 de octubre de 1870 arriba a la pequeña isla José Martí en calidad de deportado y sujeto a domicilio forzoso. Sardá toma bajo su protección al joven presidiario y lo lleva para su finca “El Abra”, cerca de Nueva Gerona, donde por primera vez Martí ejercerá como maestro, de las hijas de José María. En esos tiempos ya hay cerca de doscientos ochenta individuos que cumplían condena en la Isla de Pinos, pues desde 1806 esta tierra era utilizada también con estos fines. El 12 de diciembre, en respuesta a una nueva petición de Leonor Pérez al Capitán General, se le concede permiso para regresar a La Habana con el objetivo de marchar deportado a España. El 18 del último mes del año 1870, sale de Gerona hacia La Habana y el 21 le es expedido su pasaporte para el viaje el 15 de enero de 1871:

De aquí a 2 horas embarco desterrado para España. Mucho he sufrido, pero tengo la convicción de que he sabido sufrir. Y si he tenido fuerzas para tanto y si me siento con fuerzas para ser verdaderamente hombre, sólo a Vd. lo debo y de Vd. y sólo de Vd. es cuanto de bueno y cariñoso tengo.

Destierro

Se inicia la dolorosa vida en el destierro con la denuncia en el propio barco donde viaja, de las torturas, atropellos y crímenes a los eran sometidos sus compañeros de infortunio, señalando como uno de los más connotados responsables al Comandante del Presidio, teniente coronel Mariano Gil Palacios, quien forma parte de los pasajeros de esta embarcación. Ya en la capital española continúan sus acciones revolucionarias en favor de la independencia. Su estancia en Madrid le permite conocer las raíces del Sistema colonial y el desprecio de sus gobernantes al naciente pueblo cubano que se inmolaba en la manigua redentora. Solicita matrícula en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid como alumno de enseñanza libre. Sin embargo, un año más tarde, por el estado de salud en que se encuentra por las terribles condiciones a las que fue sometido en presidio, tiene que abandonar los proyectos.

A mediados del año 1871, sale a la luz pública en Madrid, Castillo y El Presidio Político en Cuba, dos contundentes denuncias de las condiciones infrahumanas a las que eran sometidos los cubanos condenados por las autoridades coloniales.

Esta última publicación, editada en España en 1871, revela a un joven de 18 años de edad que ya despunta como un brillante escritor comprometido con la independencia de su pueblo del coloniaje español. Un año más tarde circula en la capital española, ¡27 de Noviembre!:

«(…) Nosotros amamos más cada día a nuestros hermanos que murieron, nosotros no deseamos paz a sus restos, por que ellos viven en las agitaciones excelsas de la gloria, nosotros vertemos hoy una lágrima más a su recuerdo, y nos inspiramos para llorarlos en su energía y en su valor, ¡lloren con nosotros todos los que sientan! ¡Sufran con nosotros todos los que amen! ¡Póstrense de hinojos en la tierra, tiemblen de remordimiento, giman de pavor todos lo que en aquel tremendo día ayudaron a matar!»

El 11 de febrero de 1873 ante la abdicación del rey, el Senado y el Congreso se constituyen en Asamblea Nacional y se proclama la República Española. Cuatro días más tarde, termina de escribir La República Española ante la Revolución Cubana el que hace llegar a los miembros del nuevo gobierno. De manera explicita y con singular valentía señala en este documento el derecho inalienable de Cuba a ser independiente por ley de la voluntad irrevocable y necesidad histórica.

La firmeza de los criterios, sin embargo, le permiten diferenciar y esclarecer que la oposición y la lucha no es contra el español ni su pueblo, sino contra el sistema colonial imperante en Cuba.

Enfermo desde mediados de 1872 y después de haber sido operado dos veces de Sarcocele, producido por la cadena de presidiario, se ve obligado a aceptar la desinteresada y oportuna ayuda de su querido amigo, Fermín Valdés Domínguez, quien decide llevarlo a Zaragoza para que recupere su salud y pueda culminar sus estudios. Solicita su traslado para la Universidad de Zaragoza el 17 de mayo de 1873 con derecho a examen, aprobando once días más tarde las primeras asignaturas.

El 25 y 27 de junio de 1874, realiza con éxito los exámenes de bachiller en Artes en el Instituto de Zaragoza. El título acreditativo se le niega por no abonar el dinero correspondiente a los derechos que se cobran por este documento. Días más tarde, el 30 de junio, se gradúa de Licenciado en Derecho Civil y Canónico.

El 31 de agosto del mismo año, matricula en la Facultad de Filosofía y Letras, examinando todas las asignaturas entre finales de septiembre y octubre. El 24 de octubre de este año, alcanza el grado de Licenciado en Filosofía y Letras. Durante toda esta primera etapa como adolescente, no desmaya un sólo instante en su lucha a favor de la patria.

Luego de concluir los estudios a fines de 1874 viaja a Madrid y de ésta, a París desde donde a finales del mes de diciembre realiza la travesía Le HavreSouthamptonLiverpool, y el 2 de enero de 1875 a bordo del vapor Céltic, en tercera clase, emprende viaje de regreso al continente amado. El destino final: México, donde le esperan los seres queridos que no ve desde el mes de enero de 1871.

La corta pero intensa etapa comprendida entre estos años constituye, sin lugar a dudas, un período decisivo en la formación integral del Pensamiento latinoamericanista de José Martí. El 8 de febrero de 1875, arriba a Veracruz, México, a bordo del vapor City of Mérida y dos días más tarde, emprende viaje por vía férrea hacia la capital de este país, que según el propio Martí (…) siempre tuvo corazones de oro, y brazos sin espinas, donde se ampara sin miedo el extranjero. Fue allí donde se produjo el reencuentro con su familia, luego de un destierro que ya sobrepasaba los cuatro años. Una dolorosa noticia le espera al joven José Julián; su hermana Ana había fallecido el 5 de enero, mientras transcurría la travesía del trasatlántico Céltic, en que había embarcado desde Liverpool, rumbo a América.

Es México la tierra que le posibilitará conocer desde muy temprano, la tragedia de los aborígenes y despertar en él, un sincero amor y consideración por los indígenas del continente a los que considera con suficiente inteligencia y capacidad a juzgar por el desarrollo alcanzado en sus civilizaciones anteriores y sin los cuales no se podrá concebir el verdadero e integral progreso de la gran familia latinoamericana.

Hasta el 2 de enero de 1877 que radica en México, pública interesantes artículos y traducciones en la Revista Universal utilizando los seudónimos de Orestes y Anáhuac, donde expresa opiniones sobre el acontecer político y las dificultades por las que atraviesa el país, sobre temas relacionados con el arte y la literatura y muy en especial, en defensa de las luchas por la libertad de nuestras tierras de América.

El 19 de diciembre de 1875 el teatro Principal, estrena con gran aceptación, su proverbio, Amor con amor se paga. Participa en la fundación de la Sociedad Alarcón, junto a destacados intelectuales mexicanos y la Sociedad Hidalgo le acoge como uno de sus miembros, instituciones en las que se agrupan reconocidos escritores, poetas, críticos y periodistas.

Colabora con el periódico El Socialista, órgano del Gran Circulo Obrero de México, organización de carácter liberal y reformista. El 4 de junio de 1876 la sociedad Esperanza de Empleados del Distrito Federal, lo designa delegado al Congreso Obrero recientemente inaugurado en la capital. 

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