El emblema quedaría fijado en piedra en la fachada de la nueva casa consultorial, aprobada dicha ponencia y luego presentada por el académico de la sección de literatura, Dr. Antonio Iraizoz, donde explica el dibujo, obra del pintor y escultor Antonio Basch presentando en ese blasón las ideas y elementos que se recomendara por el académico ponente.
Estudiada la monografía histórica del municipio, cuya cabecera se levantó en los terrenos que fueron mercedados al Sr. Manuel Salgado, el 23 de febrero de 1748, con el nombre de San José, conocido también por Sabana de los Caballos, el blasón debería simbolizar el inicio de la comunidad, así como sus más importantes accidentes geográficos, y un detalle de vital importancia para el término, de estar cruzado por la carretera central.
La forma del escudo, sería la misma del escudo de armas de la Villa de Guanabacoa que en 1743 le concedió el Rey de España Felipe V, pues los terrenos de San José pertenecieron a Guanabacoa, hasta la creación del municipio de San José de las Lajas, con los adornos del escudo nacional, el haz, el gorro frigío y las ramas de olivo y laurel.
La bordadura una pieza honorable de color verde como símbolo del trabajo de sus hijos y de los continuados esfuerzos que realizara y aún realizan, en pro de la agricultura.
Un sinople en heráldica en representación de las diez lagunas, que en un principio aparecían en la zona, y que contuviera diez conchas de plata.
El centro o campo del escudo dividido por una franja de oro diagonal simbolizando la carretera central, y que vaya del ángulo diestro del eje al siniestro.
Al quedar dividido en dos cuarteles, el campo se indica que el municipio contiene los antiguos términos de San José y Tapaste, este último extinguido e incorporado al primero.
En el cuartel superior aparece el Patrono del pueblo de San José sobre unas lajas, en una laguna. En el cuartel inferior, las dos lomas de Camoa y Somorostro, que le hacen guardia a la zona, y un caballo que mire al diestro, todos estos elementos panorámicos en sus colores naturales.
La Academia Nacional de Artes y Letras, en sesión celebrada el 10 de junio de 1941 aprobó la ponencia del Dr. Antonio Iraizoz, y este quedó en vigor el primero de septiembre del propio año.