La identidad adquiere su importancia desde el momento en que nacen los seres, pues no en vano las personas son identificadas con un nombre desde ese instante, junto a otros datos que resumen el origen del recién llegado, razón por la que luego aparecen gentilicios de países, provincias y demás denominaciones que los humanos han creado para bien o para mal.
Lo cierto es que a la larga, cuando se habla de uno u otro caso,se siente satisfacción cuando se dice bien de las cosas que identifican a cada cual, o se siente desafortunadocuando sucede lo contrario.
Cuando se habla de San José de las Lajas, por ejemplo, se escucha decir que muchos no se identifican con el lugar, porque sencillamente no nacieron aquí y carecen del apego que se siente por el lugar de origen. Otros argumentan que la cercanía a la capital atenta contra la identidad e incluso,le atribuyen la mala gestión en algunos puestos a esa realidad.
Algo similar sucede también a los que hoy se agrupan junto a un nuevo gentilicio porque tras haber sido dos veces habaneros todavía no se acostumbran a ser mayabequinos. Aunque ya hay más tendencia a la aceptación.
Sin embargo, lo que sílas personas mantienen con orgullo a toda costa, es el gentilicio de cubano, no importa en qué parte el sujeto haya nacido, ni dónde se encuentre en la actualidad; ahí sí que como se dice por acá: llegó y paró.
Cuando se dice cubano, para el de la isla es como si ya se hubiese dicho todo. Es como si se tratara de lo insuperable, y los de la mayor de las Antillas se sienten como si en cada uno se sintetizara el concepto y todo lo que implica la verdadera identidad.
