Camilo y Che, brújulas eternas de la Revolución Cubana

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Son infinitas las anécdotas que trascienden de generación en generación sobre la incondicional amistad de Camilo Cienfuegos Gorriarán y Ernesto Guevara de la Serna. ¿Cómo era posible siendo dueños de caracteres tan diferentes? Pero al señor de la vanguardia y al guerrillero heroico los vinculaban rasgos mucho más importantes: sus principios e ideales.

Ambos lucharon por la Cuba libre de la que hoy disfrutamos, fruto del sudor y la sangre de miles de hombres que antepusieron el bien común al propio. Así eran ellos; el Che, extraordinario médico, económico e internacionalista; Camilo, el cubano alegre, sencillo, dueño de una sonrisa luminosa y franca. Ambos dejan su impronta como sello inigualable no solo de la historia de Cuba, sino también de toda la América Latina.

La Sierra Maestra fue testigo de su heroicidad. En esas lomas las fuerzas cubanas escribieron páginas enormes de resistencia, inteligencia combativa y decisión para alcanzar la victoria. Imaginemos a aquellos hombres curtidos por el sacrificio, las heridas, el dolor de ver morir a compañeros, pero sobre todo, del afán de lograr la libertad para todo un país.

Su herencia se multiplica hoy en millones de cubanos y luchadores de otras tierras. Ambos han dejado sus huellas imborrables en nuestra historia, por lo que cada año se les rinde merecido tributo a través de la jornada ideológica Camilo – Che.

Las actividades de recordación de estos dos inseparables amigos, coinciden con la captura del Che, un día antes de ser asesinado en La Higuera, Bolivia; hecho del que conmemoramos el aniversario 52. La jornada se extiende hasta el día 28, a 60 años del trágico acontecimiento que terminó con la vida del hombre del sobrero alón, fecha convertida en leyenda, en la que todo el pueblo echa flores al mar para mantener vivo su recuerdo.

Seguir sus abnegados ejemplos, así como honrar su aporte a la construcción de la Revolución Cubana, constituyen compromiso inmediato de las nuevas generaciones. Con este homenaje, Camilo y Che permanecerán vivos en las montañas, en las ciudades, en cada rincón del país, pero esencialmente, en los corazones de niños, jóvenes, de cada persona digna, porque ellos constituyen brújulas eternas, esencias para vencer.

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