“Enseñar puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo” sentenció José de la Luz y Caballero, destacado pedagogo cubano, premisa que hace suya Amelia Guerra Cotilla, educadora del Jardín “Infantil Ricitos de Oro”de San José de las Lajas.
Con más de 25 años de trabajo Amelia no cesa en el empeño de aportar cada día un granito de arena a la hermosa tarea de educar. Esta vocación por los niños la estimula al estudio de vincular las artes a las diferentes actividades programadas en el círculos infantiles;proyecto con el que tuvo la oportunidad de participar en el Evento Internacional Pedagogía 2015.
De conjunto con educadoras del circulo infantil “Dulce Sonrisa”, de la capital mayabequense Amelia realiza el proyecto Muraleando, plan que aúna a niños, familiares e integrantes de la comunidad en este tipo de centro para juntos aprender a usar materiales reciclados y diferentes técnicas para crear juguetes y medios didácticos que contribuyan a través del juego a la formación de los infantes desde edades tempranas.
Su proyecto favorece el conocimiento del mundo natural, la lengua materna, la educación física, la danza y desarrolla el intelecto e incentiva la formación vocacional.
A esta educadora el sol la sorprende en su puesto de trabajo, ella disfruta a plenitud lo que hace, se siente útil y con las fuerzas necesarias para aportar más a la educación cubana, Amelia edifica con sus niños castillos de cartón, decorados con cenefas, figuras geométricas y pinturas elaboradas entre todos con las variedades de pigmentos que ofrece la naturaleza, canta y danza a la par con ellos , pinta en un gran mural de asfalto que diseñaron las pequeñas manos de quienes enseña la magia de los colores, mientras les ve sonreír y sonríe, porque Amelia sabe que construye futuro.
Amelia con niños del círculo infantil ¨Ricitos de Oro¨
