Enfermeras y enfermeros del Hospital General Docente “Leopoldito Martínez” de San José de las Lajas alivian con sonrisas, y no es una casualidad que después que ellos muestran además de sus destrezas, el rostro más afable a sus pacientes, el malestar va disminuyendo.
En las salas de esta institución de salud se escucha a menudo reír a carcajadas.Y es que en opinión de los expertos la risa libera del temor y la angustia, aplaca la ira y contribuye a un cambio de actitud mental que favorece la disminución de enfermedades.
Algunas personas que siempre andan de mal humor tienden al estrés y a las enfermedades en mayor número que otras que no lo son.
Y si después de todo no cuesta nada, ¿por qué no reírnos de vivir el día a día? De la alegría de un niño o de un muchacho jugando fútbol debajo de un aguacero. O simplemente al reencontrarnos con alguien querido. Porque no es secreto que la risa no tiene fecha de vencimiento.
Ciertamente la risa favorece la digestión, aumenta el ritmo cardíaco y el pulso y ayuda a reducir la glucosa en sangre, y lo que es más importante: evita la formación de tumores.
Inclusive, se ha descubierto que la risa aumenta el apetito de igual modo como lo hace el ejercicio físico moderado.
De la sonrisa podemos decir que se considera una forma suave y silenciosa de risa. William Shakespeare aseguraba que “Es más sencillo obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de una espada”, mientras que la Madre Teresa de Calcuta estaba convencida de que la revolución del amor comienza con ella.
Pero estadísticas actuales demuestran que cada vez se ríe menos. Los niños de 7 a10 años se ríen alrededor de 300 veces al día, entre tanto los adultos que todavía ríen, lo hacen menos de 80 veces diarias.
Increíblemente, existe gente que raramente se ríe, e incluso algunas personas que no sienten la necesidad de reírse.Entonces les dejo la invitación para que se rían, olviden el llanto, el mal humor y sean felices.
